Martina Finchel

Han transcurrido a lo largo de este bello camino mas de 50 alumnos donde más del 95% tuvo exito en lo que resultaba costoso. Muchos aprendieron a leer, a escribir, despejar X, ecuaciones, como se forma la célula, etc.
Con distintas metodologías ya que cada estudiante tiene su forma de aprender y aprender a aprender. En los cuales variaban imagines con distintas figuras para aprender las vocales, yo misma creaba en los cuadernos de los infantes distintos métodos para que aprendieron a escribir, repetiamos las veces que fueran necesarias las partes que ellos no lograban comprender del todo. Ya en la secundaria, realizabamos un camino de lo aprendido para relacionar con los temas nuevos y poco claros, donde el lápiz y la goma fueron compañeros muy duraderos. Me basaba en libros que yo misma tenia en mi domicilio, en actividades dadas por mis colegas, etc. Siempre amoldandome a cada estudiante con su edad correspondida. No solamente es dar clases, es acompañar, dedicar, tener un seguimiento de cada estudiante el cual yo lo realizo en mi computadora, para no equivocarme en lo mas mínimo y poder seguir ofreciendo clases personalizadas y objetivas.
Cuando uno da clases, no solamente ayuda a entender "problemas de matemáticas por ejemplo" es sembrar, sembrar conocimientos, sembrar empatia, confianza, porque al momento de sentarse con un estudiante, no sabemos en la situación en la que puede llegar a estar pasando por ende hay que transmitir confianza, ofrecer un vaso con agua, unas galletas, en otras palabras comodidad. Para que ese niño, infante, adolescente, adulto, no se cierre y sufra de ansiedad por no saber comentar si entendió o no, si le resultó fácil, etc.