Hoy me apetecía compartir un poco más sobre mi, sobre mi experiencia con niños y adolescentes.
Para mi dar clases particulares es mucho más que enseñar aquellos contenidos que a los alumnos le cuestan más. Dar clases particulares, en mi caso de francés, es enseñar su cultura, hacer una clase amena donde el alumno se sienta agusto, hacer que sea participativa; que no sea solo el profesor el que hable sino que mis alumnos tengan la oportunidad de participar activamente.
Me encanta establecer una relación alumno/profesor en la que se potencie la comunicación y no sea tan autoritaria como se puede ver en algunas academias. Cierto que hay que establecer cierta autoridad para mantener la postura de profesor pero siempre se puede convinar las dos posturas de modo que el alumno se sienta cómodo y contento con la labor del profesor.
Dándole clases a mis niños he descubierto mi verdadera vocación y es que poder ayudarlos y enseñarles algo tan bonito como es el francés, me parece una labor preciosa y de la que me siento muy satisfecha.
A parte de la gramática y vocabulario que es fundamental para aprender el idioma, me encanta enseñarles la cultura del país, ya sea mediante canciones, películas, juegos, documentales, incluso textos de periodicos, pequeñas reseñas de libros.... cualquiera de todos estos métodos son perfectos para que el alumno poco a poco vaya estableciendo una conección con la cultura del país.
En definitiva me encanta darle clases a mis alumnos y que queden contentos con mi labor como profesora.